jueves, 24 de marzo de 2011

El inconstante Campo Magnético de la Tierra se desplaza.



Algunas veces el campo se invierte por completo. El polo norte y el sur intercambian sus puestos. Semejantes inversiones, registradas en el magnetismo de antiguas rocas, son impredecibles. Vienen en intervalos irregulares, aproximadamente una vez cada 300.000 años; el último tuvo lugar hace 780.000 años. ¿Se aproxima un nuevo cambio? Nadie lo sabe.

Las varas magnéticas en los alrededores de las crestas centro-oceánicas revelan la historia del campo magnético de la Tierra desde hace millones de años. El estudio del pasado magnético de la Tierra recibe el nombre de paleo-magnetismo.
Según Glatzmaier, la atenuación actual del 10% no implica que la inversión de los polos sea inminente. "El campo se incrementa o decrece en todo momento", afirma. "Sabemos esto gracias a los registros paleo-magnéticos". El campo magnético terrestre actual es, de hecho, mucho mayor de lo normal. El momento dipolar, una medida de la intensidad del campo magnético, es ahora de 8 × 1022 amperios × m2. Eso es el doble de la media del último millón de años, que es de 4× 1022 amperios × m2.

Para entender lo que está sucediendo, dice Glatzmaier, debemos hacer un viaje... hacia el centro de la Tierra, allí donde se produce el campo magnético.

En el núcleo de nuestro planeta existe una bola de hierro sólido, a una temperatura aproximadamente igual de caliente a la superficie del sol. Los investigadores lo llaman el "núcleo interno". Realmente es un mundo en el interior de otro mundo. El núcleo interior tiene un tamaño del 70% de la luna. Gira con período propio, que es de 0,2º grados de longitud por año más rápido que el de la superficie de la Tierra, y cuenta con su propio océano: una capa muy profunda de hierro líquido conocido como el "núcleo externo".

El campo magnético de la Tierra se origina en este océano de hierro, el cual es un fluido conductor de la electricidad en constante movimiento. Descansando sobre el caliente núcleo interior, el núcleo externo líquido se agita furioso como el agua sobre una sartén al fuego. El núcleo exterior sufre también "huracanes" -- remolinos generados por las fuerzas de Coriolis producidas por la rotación terrestre. Estos complejos movimientos generan el magnetismo de nuestro planeta a través de un proceso llamado efecto dinamo.

Utilizando las ecuaciones de la magnetohidrodinámica, rama de la física que se ocupa de los fluidos conductores y los campos magnéticos, Glatzmaier y su colega Paul Roberts han creado un modelo del interior de la Tierra en un supercomputador. El software que han creado calienta el núcleo interno, removiendo el océano metálico que flota sobre él, y después calculan el campo magnético resultante. Ejecutan el programa simulando el proceso a lo largo de miles de años y observan lo que sucede.

Los resultados reflejan lo que realmente ocurre en la Tierra: el campo magnético crece y decrece, los polos se mueven, y ocasionalmente se alternan. Han aprendido que el cambio es normal y que no debe extrañarnos. La fuente del campo, el núcleo exterior está, de por si, furiosa, arremolinada y turbulenta. "Ahí abajo está el caos", apunta Glatzmaier. Los cambios que detectamos en la superficie del planeta son un signo de ese caos interior.

Han aprendido también lo que sucede durante una inversión en la polaridad magnética. La inversión tarda unos pocos miles de años en completarse y durante ese tiempo -- contrario a la creencia popular -- el campo magnético no desaparece. "En realidad es más complicado", dice Glatzmaier. Las líneas de fuerza magnética en las proximidades de la superficie terrestre se enroscan y se enmarañan y los polos magnéticos aparecen inesperadamente en lugares poco acostumbrados. El polo sur magnético podría emerger en África, por ejemplo, o el polo norte podría surgir en Tahití. Extraño. Pero aún así, sigue siendo un campo magnético planetario, y sigue protegiéndonos de la radiación espacial y de las tormentas solares.

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FUENTE: Ciencia NASA



Polo Magnmético se Desplaza.
Cada día, el Norte está 100 metros más lejos del Polo Norte. Este dato, proporcionado por el Servicio Geológico de Canadá, grafica el desplazamiento que está experimentando el norte magnético respecto del Polo Norte geográfico. El primero está determinado por el campo electromagnético propio de la Tierra y el sitio hacia donde apuntan las brújulas, mientras el segundo corresponde a un punto geográfico, elegido por el hombre, para identificar la ubicación de los puntos cardinales.

El polo norte magnético se ubica en la parte noroeste de Canadá, y desde 1972 hasta 2001 se había desplazado la misma distancia que en los 140 años anteriores, desde su descubrimiento en 1831. El organismo canadiense indica que en la actualidad el polo norte magnético se desplaza 40 kilómetros por año y, de seguir este ritmo, en 50 años más se encontrará en Siberia, Rusia.

El fenómeno ha obligado a las autoridades aeronáuticas a corregir la orientación de las pistas aéreas en relación con el nuevo norte magnético al que apuntan los instrumentos de navegación, ya que esa información es crucial para organizar el tráfico aéreo. Por ejemplo, el Aeropuerto Internacional de Tampa, en Florida, Estados Unidos, finalizó en febrero este proceso, para lo cual debió cerrar durante un mes sus pistas para el despegue y aterrizaje de naves. "Todo ha sido cambiado, lo que fue un gran trabajo", dijo a Discovery News Brenda Geoghagan, portavoz del terminal.

Según la publicación, cada cinco años la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos evalúa la orientación de sus pistas aéreas para realizar los ajustes que sean necesarios. Los aeropuertos de Fort Lauderdale y Palm Beach, también ubicados en Florida, han sufrido el mismo proceso, al que no ha estado exento Chile.

Un proceso interno:

El origen de este fenómeno se encuentra en lo más profundo de la Tierra. Francisco Fuentes, geólogo y académico de la U. Andrés Bello (Chile), dice que la hipótesis más aceptada para explicar el movimiento del norte magnético es la actividad que se produce en el núcleo terrestre, compuesto por una mezcla de diversos metales en estado líquido, entre ellos, hierro y níquel. "Las corrientes que se producen espontáneamente en el núcleo terrestre generan alteraciones en el campo electromagnético de la Tierra", dice, y agrega que la magnitud de este efecto dependerá de la cantidad de material incandescente que se desplace en el interior del núcleo por estas corrientes.

¿Qué estaría provocando este mayor movimiento de material? No se sabe. Algunos expertos creen que este podría ser el primer paso de la reversión magnética, proceso que demora 10 mil años y en el cual los polos magnéticos de la Tierra se invierten. Un fenómeno que ocurrió hace 780 mil años y sobre el cual los científicos desconocen sus consecuencias.

No es todo: junto con servir como carta de navegación marítima y aérea, el campo electromagnético es fundamental para proteger a la Tierra de los vientos solares que la azotan, por lo que, según algunos especialistas, el cambio en la ubicación del norte magnético podría dejar a la Tierra más expuesta a la radiación solar.

Fuente: Diferentes medios en la Web, Periodicos y Publicaciones Científicas.

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